Partiendo de un local preparado en los años 80 con lámparas fluorescentes empotradas, techo de escayola cayéndose a trozos, algunos problemas de humedad y aspecto totalmente sobrio se realizó un acondicionamiento completo del local con aprovechamiento de todos los espacios, dando prioridad a las necesidades de la zona de venta y también de taller.
Estupendo proyecto de decoración de la arquitecta Clara Sabín que además estuvo presente en todas y cada una de las fases de la obra, desde la demolición a la colocación de muebles y estanterías.
Gran aportación también de ideas por parte de los promotores Fernando y Paula.
El resultado es un espacio inconfundible, único, con gran personalidad propia y muy confortable.
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